La defensa jurídica es una cobertura habitual en muchos seguros de hogar y de automóvil. Su finalidad es sencilla pero clave: asumir los gastos legales en los que puedas incurrir si te ves envuelto en un conflicto judicial, arbitral o administrativo. Desde problemas vecinales hasta disputas por una reforma, esta cobertura te protege cuando necesitas asesoramiento o representación legal.
¿Dónde suele estar incluida?
Lo más frecuente es que esté integrada dentro de seguros ya contratados, como el de hogar o el del coche. En el caso del seguro de hogar, cubre no solo al tomador, sino también a los familiares que estén empadronados en la vivienda. En los seguros de coche, protege tanto al conductor principal como a los autorizados.
Para identificar esta cobertura, revisa tu póliza y localiza términos como "defensa jurídica", "protección legal" o "asistencia jurídica". Ahí encontrarás tanto los supuestos cubiertos como los límites económicos y las condiciones para ejercer el derecho a la libre elección de abogado.
¿Qué supuestos cubre?
Las coberturas más comunes son:
- Asesoramiento jurídico telefónico sobre cuestiones de vivienda, tráfico o consumo.
- Defensa en procedimientos judiciales o administrativos.
- Reembolso (total o parcial) de los gastos de abogado y procurador.
- Costas judiciales, tasas, fianzas e informes periciales.
- Reclamaciones a terceros por daños, impagos o incumplimientos contractuales.
- Defensa penal en caso de denuncias o acusaciones vinculadas a tu vivienda o vehículo.
Ejemplos reales
- Hogar: tu vecino te reclama judicialmente por unas humedades provocadas desde tu vivienda. Con esta cobertura, puedes consultar a un abogado y cubrir los gastos del proceso.
- Automóvil: tras un accidente de tráfico, tienes que reclamar a la otra parte por daños personales o materiales. La defensa jurídica del seguro te cubre.
- Reformas inacabadas o defectuosas: contratas una reforma en casa y la empresa incumple lo acordado. El seguro puede cubrir los costes legales para que puedas reclamar judicialmente.
- Conflictos vecinales o con la comunidad: si tienes un desacuerdo con la comunidad por cuotas o con vecinos por ruidos u obras, puedes disponer de asistencia legal para defender tus derechos.
- Problemas de consumo: compras un producto defectuoso o contratas un servicio que no se presta como se prometió. Puedes iniciar una reclamación con respaldo jurídico.
¿Puedo elegir mi propio abogado?
Sí. Según el artículo 76 de la Ley del Contrato de Seguro, puedes ejercer el derecho de libre elección de abogado y procurador. En ese caso, la aseguradora te reembolsará los honorarios hasta el límite fijado en póliza, siempre que sigas el procedimiento previsto (comunicación previa, facturación, etc.).
¿Y si quiero un seguro de defensa jurídica específico?
Aunque lo más habitual es que la defensa jurídica forme parte de otros seguros, también puedes contratar una póliza independiente de defensa jurídica. Estas pólizas ofrecen una cobertura más amplia y no limitada al ámbito del hogar o del automóvil.
Son especialmente recomendables si buscas una protección legal más global o si tu póliza actual tiene límites muy bajos. Su precio suele oscilar entre 30 y 70 euros anuales, lo que las convierte en una opción asequible para contar con respaldo legal en tu día a día.
Un respaldo legal a tu alcance
La cobertura de defensa jurídica es una herramienta útil y, muchas veces, infravalorada. Puede ayudarte a resolver conflictos legales sin tener que asumir por tu cuenta todos los costes.
Si tienes dudas sobre lo que cubre tu seguro, sobre cómo ejercer tu derecho a la libre elección de abogado o necesitas ayuda para activar esta cobertura, en nuestro despacho podemos ayudarte a revisar tu caso y acompañarte en todo el proceso.




