Abogada y periodista. Estoy especializada en derecho civil, seguros, consumo y en la defensa de derechos vulnerados durante la infancia, la maternidad y la atención sanitaria.
Conocer cómo trabajo es entender qué puedes esperar de mí como abogada. Aquí te cuento mi trayectoria, mi manera de acompañar cada caso y los principios que sostienen mi forma de ejercer el derecho.
Mi camino profesional ha estado marcado por la especialización en derecho civil, responsabilidad civil y procesal.
Me formé en Derecho en la Universitat Pompeu Fabra y cursé también el grado en Periodismo, dos disciplinas que me han dado herramientas complementarias: análisis jurídico riguroso y capacidad de comunicar de forma clara y honesta.
Desde mis primeras experiencias laborales, tuve claro que quería dedicarme a acompañar personas en procesos legales complejos, y hacerlo con criterio, empatía y responsabilidad.
He trabajado en despachos jurídicos (en áreas como familia, penal o procesal) y también en compañías aseguradoras, lo que me ha permitido conocer las dos caras de muchos conflictos. E
sa experiencia me dio algo clave: perspectiva. Y también una certeza: detrás de cada procedimiento hay personas con historias que merecen ser escuchadas y bien defendidas.
Mi forma de trabajar se basa en una convicción sencilla: cada caso es único y, por tanto, también debe serlo la forma de abordarlo.
Me involucro de forma directa, estudio con detalle cada asunto, escucho sin juzgar y explico con claridad, sin tecnicismos innecesarios.
Creo firmemente que acompañar bien jurídicamente empieza por respetar los tiempos, las emociones y las decisiones de quien atraviesa un conflicto. Apuesto por una abogacía que combine estrategia jurídica con empatía. No aplico soluciones automáticas ni fórmulas estándar. Me implico en casa caso y lo estudio a fondo.
Mi objetivo no es solo resolver un problema legal, sino que la persona que me confía su asunto se sienta informada, acompañada y bien representada en todo momento.
Porque para mí, ejercer la abogacía no es limitarse a aplicar leyes. Es estar presente cuando alguien necesita respuestas, apoyo o protección. Es aportar claridad en momentos difíciles. Y hacerlo desde el conocimiento jurídico, sí, pero también desde la cercanía y el respeto.
